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Por Ruth Vega Donoso, Presidenta del Consejo Regional de Atacama.

En las últimas semanas este Consejo Regional de Atacama ha logrado aprobar importantes recursos relacionados a programas e iniciativas que buscan poder enfrentar la crisis sanitaria; así como sus consecuencias económicas y de empleabilidad, que se originan y afectan a miles de habitantes de nuestra región, producto de la pandemia del coronavirus.

Más de 4 mil millones de pesos aprobamos para programas de apoyo al desarrollo territorial e impulso productivo de CORFO (equivalente a M$2.162.500.-) así como para la línea de creación y fortalecimiento de las micro y pequeñas empresas de Atacama mediante SERCOTEC (por M$523.000.-) A esto se agrega, la aprobación de recursos del 5% FNDR para emergencia, sobre subsidio a medicamentos, para ser ejecutados por las nueve municipalidades de la región por más de M$1.330.774.-

Esto es el accionar concreto que, desde la discusión que se genera al interior de este órgano público colegiado, que es el Consejo Regional de Atacama, hemos podido lograr unanimidad en el debate más allá de las diferencias políticas. Esto permite que, desde el Ejecutivo, se dé materialización a los programas que vayan en directo beneficio de las personas, de los habitantes de nuestra querida región.

Somos 14 Consejeros y Consejeras Regionales quienes integramos el CORE Atacama, encargados de hacer efectiva la participación de la ciudadanía y ejercer las atribuciones que la Ley 19.175, Orgánica Constitucional sobre Gobierno y Administración Regional, nos encomienda. Nuestra labor es normativa, resolutiva y fiscalizadora, con un alto compromiso por elaborar políticas públicas acordes a las necesidades más urgentes de los vecinos y vecinas de la región de Atacama.

Mantenemos nuestro firme compromiso con el territorio, con la justicia social, con el empleo, con un mayor apoyo a los municipios, principalmente, en este período muy complejo para todos y todas; tanto por la emergencia sanitaria, como por las consecuencias que de ella se han ocasionado, en el sustento de las familias. Seguimos trabajando por acelerar los procesos y controlar que los recursos sean invertidos y distribuidos adecuadamente, por el bien común de Atacama.

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